Pluspetrol mal informa a la población y elude responsabilidades sobre contaminación petrolera en el Pastaza

 

Lago Ushpayacu. Foto de 2007, durante la remoción de tierras y desaparición de la laguna.

Lago Ushpayacu. Foto de 2007, durante la remoción de tierras y desaparición de la laguna.


PUINAMUDT, 02/04/2013.- Mediante un breve comunicado a la opinión pública, la empresa Pluspetrol Norte intenta deslindar sus responsabilidades ante la grave situación de contaminación petrolera en la cuenca del río Pastaza. El documento, sin embargo, no resiste críticas.
En principio, los argumentos de la empresa no responderían a todos los cuestionamientos y acusaciones recibidos luego de que una comisión técnica del Estado ingresara a la zona, en territorio ancestral quechua. La comisión encontró altos índices de contaminación a causa de la extracción de hidrocarburos, además de “mal comportamiento ambiental” por parte de Pluspetrol, según Manuel Pulgar-Vidal, titular del Ministerio del Ambiente.
“Es como limpiarse las manos ellos” dijo el apu Aurelio Chino, presidente de FEDQUEP, al enterarse de los contenidos del comunicado. La Federación Indígena Quechua del Pastaza es la organización indígena de la zona, actualmente declarada en emergencia ambiental por el Estado peruano.
“Los que asumen la responsabilidad ambiental son ellos por 40 años. Cómo nos van a dejar a nosotros así”, continuo el apu refiriéndose a la petrolera.
Medias verdades y mala fe
A Aurelio no le falta razón cuando afirma que el responsable ambiental en la zona es Pluspetrol. De acuerdo al contrato firmado el año 2000 entre Pluspetrol y Perupetro, al momento de la concesión del Lote 1AB, la empresa petrolera debía asumir todos los pasivos ambientales heredados. En ese momento, el lote llevaba casi 30 años de explotación de Occidental Petroleum.
En su comunicado, Pluspetrol no menciona este decisivo compromiso contractual, mal informando con irresponsabilidad a la opinión pública sobre el asunto. Pese a ello, argumentos de este tipo se repiten en el comunicado, ofreciendo una versión interesada y de mala fe.
Por ejemplo, la empresa justifica el descubrimiento de nuevos pasivos ambientales a causa de “una geografía compleja”, es decir, una zona difícil de recorrer. Sin embargo, este argumento es fácilmente rebatible, ya que los puntos de contaminación reconocidos por el Estado y los monitores ambientales indígenas, se encuentran a sólo metros de distancia respecto a los pozos de producción de la propia empresa o, incluso, cerca a las comunidades. ¿En casi 13 años de actividad petrolera en el Lote 1Ab, no pudieron identificar estos puntos, en definitiva accesibles?
Comunicado de Pluspetrol
“Están tratando de engañar”
Tampoco le falta razón al apu Aurelio Chino cuando dice que Pluspetrol trata de engaña o confundir mediante el comunicado.
Una calculada redacción del comunicado precisa que «el normal» desarrollo de las operaciones de Pluspetrol Norte en la selva de Loreto no genera contaminación. Información de los programas de monitoreo ambiental indígena en el lote 1AB han identificado más de 100 derrames de petróleo en los últimos 5 años. Sólo en 2013, FECONACO ha reconocido 3 derrames de crudo. Y según información de OSINERGMIN, se han reportado 25 derrames en el lote 1AB entre 2010 y 2011.
De manera sugerente, la petrolera culpa a un volcán en el Ecuador de la presencia de metales pesados en el río Pastaza. Lo que olvida precisar en el comunicado es que estos elementos se encuentran no sólo en el río Pastaza, sino además en aguas de pozos y suelos de la cuenca, algo que sobrepasa las posibilidades de su argumento.
Asimismo, tampoco se pronuncia sobre la presencia alarmante de Bario, Hidrocarburos Totales de Petróleo (TPH) e Hidrocarburos Aromáticos de Petróleo (HAP), agentes contaminantes directos de la actividad petrolera de alto riesgo para la salud.
Además, Pluspetrol evita manifestarse sobre las malas prácticas ambientales realizadas en, por ejemplo, la cocha Shanshococha, en las cual operó ilegalmente sin informar al Estado, eludiendo la respectiva fiscalización y desapareciendo una laguna inundada de petróleo.
Entre otras observaciones, habría que precisar además que la reinyección al subsuelo de las aguas de producción, aguas que son altamente destructivas, fue una práctica de Pluspetrol Norte hasta el año 2009; ésta recién cambió definitivamente luego de la exigencia de organizaciones indígenas como FECONACO o FEDIQUEP. Este sistema sólo evita más contaminación, no soluciona lo dañado.