LOS CAMINOS DEL VIVIR BIEN 1: LA SANACIÓN

Aurelio Chino Dahua, Presidente de FEDIQUEP[1]

Mario Zúñiga Lossio, Antropólogo de PUINAMUDT[2]

INTRODUCCIÓN

Estos tiempos de epidemia, no se han detenido los sueños, tal vez, algunos se han pospuesto, pero están ahí. Es el caso del centro medicinal tradicional que visiona el pueblo Inka del Pastaza.

Hoy en medio de muchas reflexiones que están enfocadas en el virus y la pandemia, queremos compartir la historia de este Centro, la cual es una historia que va a continuar después de esta crisis mundial, porque no es algo que ha crecido de un momento a otro, sino que ha sido criado por el pueblo Inka del Pastaza desde hace muchos años y va a seguir creciendo muchos y muchos años más.  Hoy, gracias al apoyo de la Comisión Europea a través del proyecto Navegador Indígena y a la fuerza y solidaridad del trabajo de nuestras comunidades, es posible llevar a cabo la inauguración de las primeras construcciones del Centro, lo cual permitirá dar inicio a nuestra visión.

Una visión que permitirá la continuidad de la vida después del desastre, es también un aporte desde nuestro pueblo para la construcción del futuro.

Niñas de Sabaloyacu. Foto: Mario Zúñiga.

LA HISTORIA PENDIENTE: MEDICINA TRADICIONAL Y LOS CAMINOS DEL SUMAK KAWSAY

Desde el año 2010, el pueblo Inka de la cuenca del Río Pastaza manifestó en su Plan de Vida la decisión de recuperar sus medicinas tradicionales, sus conocimientos antiguos sobre la sanación así como la sabiduría y reconocimiento de sus médicos y médicas.  

Sabemos y somos conscientes que, la extracción de petróleo en el Lote 192 (ex 1AB, ubicado en Loreto-Peru) dentro del territorio Inka, junto con el “desarrollo”, trajeron desde el año 1971 un contexto de enfermedades corporales y territoriales que no se conocían antes de la llegada de las petroleras.  Sumado a ello, la atención estatal era insuficiente, las medicinas de las boticas de las ciudades, o de las postas médicas y su forma de atención eran solo paliativos o calmantes a los dolores y daños que sufría el pueblo, quien se sentía morir poco a poco.  

Por eso, desde el 2010, al recorrer el Río Pastaza y visitar cada comunidad, se ha podido ver y escuchar el anhelo del pueblo Inka sobre su salud, creciendo, creciendo, reclamando atención por la sanación de su territorio y de sus vidas. 

Es por este contexto que la federación FEDIQUEP inició una lucha enfocada en que el Estado reconozca la situación desastre ambiental y daños a la salud, producidos por la extracción de petróleo del Lote 192.  Este Lote se encuentra en la parte alta del Pastaza, y como una serpiente muerde a toda la cuenca, donde vive el pueblo Inka con otros pueblos, emitiendo contaminación y daños, destruyendo nuestro territorio, enfermándolo y enfermándonos. 

Aurelio Chino, presidente de FEDIQUEP. Foto: Mario Zúñiga.

Sin embargo, FEDIQUEP, junto a otras organizaciones indígenas en la Plataforma PUINAMUDT, ha luchado para que se atienda esta zona enferma, que está casi muriendo. Y junto con el Estado se ha identificado y reconocido daños ambientales producidos por las petroleras (más de dos mil sitios impactados sin remediar) y también los daños a la salud producidos por metales pesados que han malogrado nuestros cuerpos y territorios por casi medio siglo. Hoy el Estado tiene una deuda que le estamos haciendo pagar; tiene que remediar nuestro territorio y tiene que generar condiciones especiales para la atención de nuestra salud dañada por las petroleras.

Pero la lucha no queda ahí. Nuestra lucha desde hace muchos años no solo es para que el petróleo deje de matarnos y para que solo se remedie o se atienda en salud desde el Estado. Tampoco es solo por tener un desarrollo económico basado en el dinero o el negocio. La integridad de nuestra lucha es por recuperar y caminar hacia el buen vivir, que en nuestro idioma quechua del Pastaza es el Sumak Kawsay, así, protegernos y proteger nuestros territorios en todas las dimensiones: sociales, espirituales, territoriales. 

En ese sentido, hemos caminado una visión de autonomía de nuestra salud desde hace años. Junto con amigas y amigos, compañeros y compañeras de camino, estudiosos y estudiosas (como Andrea Gutierrez Choquevilca), junto con los comuneros y comuneras hemos ido criando una idea, chuk[3] pensamiento, que es recuperar nuestra medicina tradicional, para empezar ese primer Camino del Sumak Kawsay (CSK), el camino de sanación que significa salvar las vidas de nuestros pueblos y nuestros territorios, de nuestros cuerpos y espíritus.

Gracias a la oportunidad que nos brindó IWGIA y la Comisión Europea , tuvimos en el año 2018 cuando se realizó las encuestas comunitarias en marco del proyecto Navegador Indígena, un tiempo para pensar en conjunto las comunidades de FEDIQUEP sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos Indígenas, donde vimos que habían cosas que estaban mal planteadas dentro de estas ODS, como el tema de pobreza, como el tema de salud, y pensamos juntas y juntos que era tiempo de empezar a construir nuestros CSK para la sanación del pueblo inka, para recuperar nuestra propia medicina tradicional del monte, del sacha, que había sido mutilada, atacada, herida por el avance de un mal desarrollo ( incluso sostenible), de parte del Estado y las empresas petroleras. 

Hacia Sabaloyacu, a la minga para construir el centro medicinal. Foto: Mario Zúñiga.

Y nos empezamos a reunir para pensar y hacer. ¿En dónde lo haríamos? Pues en un lugar en medio del Pastaza, en una comunidad en donde no esté la petrolera que envenena hasta nuestras plantas medicinales. Esa comunidad sería Sabaloyacu. También pensamos según la sabiduría de nuestros sabios y sabias que nuestros espacios de medicina, deben estar lejos de donde vive la gente y cerca una Laguna llamada Tundunare, como el pez. Lejos para evitar la bulla, ya que el enfermo tiene que estar en un lugar de silencio. Y esto es así porque así piden los espíritus de las plantas para que se pueda tratar la enfermedad, eso es la ciencia de la medicina natural tradicional, pue es muy celosa la medicina del monte. 

Luego de elegir el lugar, todos y todas juntos, decidimos llamar a nuestro centro medicinal:  Sacha Tarpukunahua Ampirina Wasi Inka/Achuar[4]. Nuestro sueño como pueblo Inka es que ese lugar sea una especie de hospital indígena de sanación para todo nuestro pueblo Inka y para nuestros hermanos Achuar. También que sea un espacio donde se certifique a nuestros médicos y médicas, curiosos y curiosas. Asimismo, que ahí se pueda preparar a las parteras y compartan sus conocimientos. Finalmente, los dos últimos objetivos es que sea un centro de recuperación de plantas medicinales y ahí se pueda investigar cómo sanar diferentes males y daños, antiguos y espirituales, pero también los nuevos daños que nos han traído de afuera las petroleras o el mismo Estado, dañando con su desarrollo nuestro Sumak Kawsay. 

El pueblo Inka con el apoyo de IWGIA, Peru Equidad, PUINAMUDT y la COMISIÓN Europea, empezaron entonces a coordinar la realización de varios trabajos colectivos, que llamamos mingas. Así se formó un comité organizador desde la comunidad Sabaloyacu, que administraría un pequeño fondo y en coordinación con FEDIQUEP movilizó a varias comunidades Inkas (cientos de comuneras y comuneros) y Achuar, durante tres grandes mingas, trabajando caminos, puentes, grandes y tradicionales malocas, todo respetando el entorno.  

Hicimos además con la ayuda de Fabiola Espinoza y Diego Vargas un video, el cual ha registrado el trabajo que hemos realizado hasta el momento, mediante el cual se ofrece un pequeño acercamiento audiovisual al camino hacia la la materialización de nuestro sueño.

Estamos por inagurar nuestra primera maloca y el camino abierto para el Centro Medicinal,  esperamos que otros y otras se sumen a este esfuerzo, con su caminar con los pueblos para que, desde abajo, con el pueblo, desde las plantas, y desde el fondo del espíritu podamos seguir recuperando los CSK de la sanción, con ello seguir avanzando en la construcción del centro y también para que podamos seguir desarrollando nuestra visión. 

POSDATAS

Hoy uno de los Autores, Aurelio, luego de denunciar en Holanda el desastre ambiental de Pluspetrol frente a la OCDE, atraviesa un cuadro de Corona Virus, no obstante, no presenta síntomas ni crisis. Respetuosos de las recomendaciones de aislamiento y de inmovilidad, Aurelio ha decidido no entrar a su territorio y ha seguido estrictamente todas las recomendaciones que han hecho los médicos y las autoridades con disciplina indígena, con la convicción de que todas y todos solidariamente vamos a caminar para salir de esto, y sabiendo que, luego que pase, el Centro Medicinal trabajado durante tantos años podrá ser tal vez un lugar para repensar incluso crisis como esta, y tal vez brindar la sanación que tanto se anhela en los cuerpos y en los espíritus de estos tiempos. 


[1] FEDIQUEP. Federación Indígena Quechua del Pastaza.

[2] Pueblos Indígenas Amazónicos Unidos en Defensa de sus Territorios (PUINAMUDT)”, formalizada en julio del 2013, y conformada por las 4 organizaciones indígenas representativas de las cuatro cuencas afectadas (FECONAT, FEDIQUEP, FECONACOR y ACODECOSPAT).

[3] “Un solo”

[4] Casa de Sanación con Vegetales de Nuestro Territorio Inka/Achuar

Contactos:

Aurelio Chino Dahua. Presidente de FEDIQUEP.  [email protected]

Mario Zúñiga Lossio. Asesor. [email protected]