Incumplimientos del Estado frente a las garantías para la vida de pueblos indígenas afectados por actividades petroleras
17 marzo, 2014
PUINAMUDT, 17/03/2014.- El Estado ha hecho poco frente a las exigencias de comunidades y organizaciones indígenas amazónicas que reclaman medidas justas para garantizar la vida y el desarrollo en sus territorios, los cuales históricamente han sido afectados por actividades petroleras.
Casi tres años de diálogo y solicitudes de investigación y acciones concretas en las cuencas del Pastaza, Tigre y Marañón han generado valiosos diagnósticos ambientales; hecho histórico en la historia de más de 40 años de los lotes petroleros 1AB y 8 de la zona. Los diagnósticos de las 3 cuencas dicen lo mismo: altos niveles de contaminación por hidrocarburos y metales pesados en aguas, suelos y sedimentos.
Sin embargo, las comunidades indígenas no sólo quieren saber si están contaminados o no. Las exigencias para la solución de la problemática, la reparación justa y las garantías de vida no son atendidas.
Las organizaciones son claras: Exigen remediación ambiental, atención urgente al acceso al agua y a la seguridad alimentario, titulación de sus territorios, compensación por el uso de sus territorios ancestrales e indemnización por daños ocasionados.
Negligencia, antalginazos, paracetamoles
Las emergencias ambientales declaradas por el Ministerio del Ambiente hasta el momento han sido insuficientes, incumplidas en su totalidad y abandonadas. Actualmente, los apus de las federaciones se refieren a esa medida como “negligencia” o “antalginazo”.
Aproximadamente hace un año se declaró la primera Emergencia Ambiental en la cuenca del Pastaza; sin embargo, la situación en la cuenca no ha cambiado. “Nosotros queríamos que nos solucionen el agua, lo más importante, el agua que hasta ahorita seguimos tomando, agua contaminada”, dice el apu Aurelio Chino, presidente de FEDIQUEP.
En la cuenca del Tigre Emerson Sandi, presidente de la federación FECONAT ha señalado: “No hay un real compromiso del gobierno”, “como siempre nos pasean”. Luego agrega, “ellos están acostumbrados a que salgamos a protestar, tenemos motivos para que nos atiendan”.
En territorio kukama del Marañón, donde aún no se ha declarado la Emergencia Ambiental, ya dan aviso: “el pueblo Kukama Kukamiria se encuentra en movilización permanente, si el gobierno no atiende las exigencias de manera inmediata y efectiva, la movilización se realizará en las principales ciudades”, dice reciente pronunciamiento de ACODECOSPAT.
Las emergencias conflictivas de Loreto
Estamos hablando de un proceso que abarca un ámbito de tres cuencas amazónicas, las cuales podrían abarcar un promedio de 20 mil personas en más de 100 comunidades afectadas por los problemas de la contaminación petrolera.
En lugar de solucionar problemas, las Emergencias Ambientales en las cuencas del Pastaza y Tigre (en el Marañón ni siquiera se ha reconocido aún la situación de emergencia ambiental) han visibilizado las limitaciones, ineficiencias e indolencia del Estado, frente a una verdadera crisis histórica y socioambiental de alto riesgo para la salud de las poblaciones. Mientras, el Ministerio del Ambiente no atiende el problema.
Sobre estos graves problemas y la necesidad de celeridad en la atención del Estado, ya se han pronunciado entidades como la Defensoría del Pueblo o el Vicariato Apostólico de Iquitos.
El trabajo articulado y en unidad de las federaciones indígenas ha permitido que el Estado afronte, hasta cierto punto, una deuda histórica con esos pueblos. Ahora ellos exigen que se respeten sus derechos e implementen acciones de solución de manera inmediata. En juego está la vida de las personas y el desarrollo de las nuevas generaciones.
Las federaciones indígenas FECONAT, FEDIQUEP y ACODECOSPAT de las cuencas del Tigre, Pastaza y Marañón, han decidido tomar nuevas decisiones conjuntas y enfrentar el letargo y la indolencia del Estado frente a una verdadera crisis ambiental y social en sus comunidades.
Según han anunciado, las federaciones se reunirán con expertos e instituciones aliadas para desarrollar una nueva etapa en este proceso de dialogo con el Estado «para que se levante y camine», «para que pueda moverse, caminar. Si no es eso no camina nunca”.