El drama de las comunidades achuar para conseguir medicamentos en plena tercera ola

A causa del abandono de las autoridades regionales y locales, las comunidades achuar de la cuenca del Corrientes tienen que viajar durante días con sus propios medios para recoger medicamentos en plena tercera ola

PUINAMAUDT 20/01/2022.- A mediados de diciembre la DIRESA Loreto activó una alerta epidemiológica por el aumento masivo de casos de infecciones respiratorias, neumonía y obstrucción bronquial. No pasó mucho para que en los primeros días de enero el MINSA declarara el inicio de la tercera ola de la Covid 19 en todo el territorio nacional. Como han advertido las organizaciones indígenas hasta el cansancio, el contexto de la pandemia es particularmente riesgoso para sus pueblos, sin embargo, en la cuenca del Corrientes continúa un escenario de indiferencia que sería inconcebible en cualquier distrito promedio de Lima.

El apu Omar Saquiray, presidente de la federación achuar FECONACOR, llegó a Lima la semana pasada en el marco de una agenda pendiente con el gobierno y no ha querido dejar pasar la ocasión para denunciar el abandono de las autoridades regionales y locales sobre la entrega de medicamentos y sus consecuencias mortales.

Medicamentos para la comunidad Nueva Jerusalén empaquetados en Nauta

Los medicamentos que corresponden a las comunidades de la cuenca del Corrientes se quedan empaquetados por semanas en Nauta o Villa Trompeteros, dejando a las familias achuares desabastecidas e indefensas en la distancia. Los funcionarios de las Micro Redes de Salud correspondientes no asumen su responsabilidad o acusan a la falta de fondos y movilidad. Cuando raramente se trasladan los insumos suelen llegar vencidos o incompletos. Si bien el problema ha sido pan de cada día desde hace muchos años atrás, el peligro se agudiza ante las condiciones del contexto actual. En los últimos días, las comunidades vienen reportando un contagio generalizado de influenza, sin descartar los casos de Covid 19 porque no hay forma de hacerlo.

El punto crítico es que las comunidades tienen que buscar la manera de llegar a los lugares mencionados con sus propios medios para recoger los medicamentos, en base a la colaboración y la solidaridad de sus familias. La única manera de llegar es por transporte fluvial, lo cual resulta muy caro por el aumento del precio del combustible en la zona, además de inseguro por tener que navegar de 2 a 3 días en balsas pequeñas. Alquilar una movilidad más sofisticada es casi imposible porque puede costar hasta 3 mil soles.

Según el apu Omar, por la urgencia de los casos, otra alternativa de la cual echan mano las comunidades es viajar por la carretera hasta la cuenca del Pastaza para solicitar medicamentos y tratamiento, donde no siempre obtienen una respuesta positiva, aunque al recibir se preocupan por devolver pronto lo “prestado”. Mientras tanto, las comunidades resisten de manera cotidiana con el uso de sus plantas ancestrales.

Desabastecimiento en la posta de la comunidad Nueva Jerusalén

Pero las comunidades no sólo están expuestas a la influenza y la Covid 19, sino, de manera más recurrente a la malaria y la mordedura de víboras u otros animales. No todas ellas cuentan con postas o boticas como el anexo Nueva Nazareth. Como si fuera poco, también cargan con el lastre de la actividad petrolera (Lote 192 y 8) la cual más que traerles «desarrollo» y «progreso» viene contaminando sus territorios y sus cuerpos desde hace medio siglo.

El apu Omar agregó al final de su denuncia: “Que se ponga la mano al pecho el ministro de Salud por lo que sienten nuestros hermanos en esos sitios donde sufren y luchan por su vida por su propia cuenta. Ahora que viene esta nueva ola, tenemos el mismo derecho de ser atendidos como los que viven en la ciudad”.