Emergencia Ambiental: Desconfianza de organizaciones indígenas ante GOREL y Estado
PUINAMUDT, 30/03/2013.- La reciente declaratoria de emergencia ambiental en territorio quechua del Pastaza ha originado a nivel nacional e internacional un importante movimiento de información e interés sobre la real situación ambiental en los lotes petroleros más antiguos la selva peruana, en Loreto.
Ciertamente, las denuncias quechuas, así como achuares, kukamas y kichwas de otras cuencas, sobre la crisis ambiental en sus territorios ancestrales y los peligros que representa esta para la Amazonía, son de años atrás. Las organizaciones FEDIQUEP, FECONACO, ACODECOSPAT y FECONAT, son las responsables de una larga batalla.
Si hoy es evidente e incuestionable la contaminación petrolera en las autoridades y la opinión pública, es gracias a los comprometidos programas de vigilancia ambiental y territorial de las federaciones, así como a los diálogos establecidos por ellos con el Estado. En efecto, hoy se aprecia una realidad que antes estuvo silenciada: lagunas de petróleo, pozos de agua con hidrocarburos, tierras con metales pesados, lagos desaparecidos.
La Emergencia Ambiental y la desconfianza
La Resolución Ministerial N°094-2013-MINAM que declara en emergencia ambiental la cuenca del Pastaza, señala como actores de la emergencia el gobierno central, regional (GOREL) e incluso la empresa operadora en el lote, Pluspetrol.
Sin embargo, la ineficiencia, el abandono e incluso los niveles de corrupción en dichos actores, fueron las principales causales que originaron la dramática situación en la salud y el ambiente de las comunidades indígenas. Los llamados a actuar de emergencia son los propios responsables de que se llegará a tal nivel de daño.
El apu Aurelio Chino, presidente de FEDIQUEP, asegura que “todavía no está bien claro”. Aún hay desconfianzas y, lo que dice, proviene de la experiencia.
La intervención del Estado tendrá que resarcir además la desconfianza que este ha sembrado en las comunidades y organizaciones indígenas, luchar contra la imagen de un Estado “indolente”, como lo calificara la congresista Marisol Pérez Tello en una audiencia en territorio kukama-kukamiria.
Recordando incumplimientos del Gobierno Regional de Loreto
Era junio de 2012 y el GOREL llevaba un año incumpliendo sus compromisos con el pueblo quechua. Además, tras un pedido de la federación, demostraba su incapacidad para gestionar el diálogo entre la Pluspetrol y las comunidades organizadas del Pastaza. Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Las comunidades se reunieron en una gran movilización quechua, congregada en la comunidad Alianza Topal. A su vez, en Iquitos y el río Corrientes, otras organizaciones indígenas desataron una serie de manifestaciones en solidaridad, respaldo y con la misma exigencia: Respeto.
Aquella vez, como resultado, se logró conformar una Comisión Multisectorial para la atención de las demandas indígenas. Luego, cuatro congresistas viajaron a las cuencas del Pastaza, Corrientes y Tigre a constatar los impactos de la actividad petrolera. Mientras, el presidente del GOREL Iván Vásquez se dedicó a firmar nuevas actas de compromisos.
Hoy, la FEDIQUEP, FECONACO, FECONAT y ACODECOSPAT, organizaciones indígenas reunidas en estas luchas, tienen una colección de actas y compromisos del Gobierno Regional de Loreto para con sus comunidades base. Incluso, como en el caso del Acta de Dorissa, los compromisos llevan más de 6 años en espera.
Veamos dos ejemplos recientes, asumidos en el Acta de Alianza Topal, sumamente relevantes por referirse a la situación ambiental de los territorios: (1) El GOREL se comprometió con las organizaciones indígenas, en junio de 2012, a realizar una Auditoría Ambiental en sus territorios, la cual servirá para determinar los niveles de contaminación en los lotes petroleros: Hasta el momento no hay un proyecto aprobado sobre esto. (2) El GOREL se comprometió a financiar los programas de monitoreo ambiental indígena, con el objetivo de fortalecer la vigilancia y la participación indígena en la gestión ambiental: De este compromiso sólo hay rumor e incertidumbre. Y así sucesivamente, pasa lo mismo en otros ámbitos. Ejemplos como estos encabezan una larga lista de pendientes.
Los cuestionamientos no son menores cuando se trata de otras instituciones públicas, como el MINEM, OSINERGMIN, OEFA, etc., instituciones que recién asumen con inquietud la problemática en este lado de la Amazonía. Mayor aún son las observaciones sobre la práctica ambiental de la Pluspetrol.
Es indispensable que en los próximos días se den las primeras señales de acción y eficiencia, la desconfianza es tal vez el mayor pasivo que arrastra el Estado en territorio indígena.