Negligencia e impunidad
Claves para entender la crisis ambiental y social en territorios indígenas amazónicos por la contaminación petrolera
#Negligencia e #Impunidad
Desde 1971, en los lotes 1AB y 8 ocurrieron desbosque sin control, derrames de petróleo, vertido de aguas de producción al río, pasivos ambientales acumulados, movilizaciones indígenas, nuevos derrames de petróleo, etc. Muchos años pasaron sin que el problema sea atendido. Por tal motivo, se conformaron diferentes organizaciones indígenas; entre ellas la Federación Indígena Quechua del Pastaza (FEDIQUEP), la Federación de Comunidades Nativas del Alto Tigre (FECONAT), Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (FECONACO) y la Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (ACODECOSPAT).
Tuvo que llegar el año 2011 para que, a pedido de estas organizaciones indígenas, se formaran grupos de trabajo en el Congreso de la República y en la Presidencia del Consejo de Ministros con el objeto de atender la problemática de las 4 cuencas. Recién en 2013, luego de reiterados pedidos y protestas de las cuatro federaciones, el Estado confirmó lo que los indígenas denunciaron por años: Existen altos niveles de contaminación por hidrocarburos y metales pesados en lagunas, quebradas, suelos y más. Esto fue determinado por el Ministerio del Ambiente y otras entidades públicas.
Se confirmó que casi el íntegro de comunidades evaluadas no posee agua apta para el consumo humano; que existen más de un centenar de sitios contaminados por petróleo sólo en el río Pastaza; que el mismo río Tigre está contaminado como también lo está el Marañón; entre otros tristes indicadores. Aunque parezca insólito, en cuatro décadas de actividad petrolera, esta fue la primera evaluación ambiental que hace el Estado en la zona, en la cual no se han aplicado medidas correctivas ni de reparación al territorio y las comunidades.