Una experiencia propia de vigilancia territorial en la cuenca del Pastaza

fediquep Alianza topal 2012 monitor

Detalle de uniforme.


PUINAMUDT, 05/2012.- En la cuenca del río Pastaza, la actividad petrolera originada en lote 1AB ha generado una mala convivencia con los pueblos indígenas de la zona. Una serie de derrames de petróleo, la falta de credibilidad de la empresa Pluspetrol y la exigua fiscalización por parte del Estado, generó en los quechuas de esa cuenca un clima de desconfianza e inseguridad.
Todo era incierto según nos relata David Chino Dahua, actual vicepresidente de FEDIQUEP. “No había una evaluación exacta, no se hacían informes oficiales desde la empresa Pluspetrol, ellos sacaban informaciones pero nunca se daban respuestas exactas: qué grado de contaminación hay en el río y cuántos derrames hay. Esa ha sido la desconfianza de las propias comunidades”.
Ante las evidencias en el ambiente y la salud de los indígenas, ante la incertidumbre generada y la desconfianza, las comunidades pensaron en sus propios moradores como vigilantes. Entonces, la Federación Indígena Quechua del Pastaza – FEDIQUEP inició una de las acciones más interesante de vigilancia ambiental en su territorio.
Fue el año 2006 cuando esta iniciativa fue implementada con éxito gracias al impulso y apoyo de la WWF. Luego de 3 años, la continuidad y la gestión de este programa son asumidas por la propia federación quechua con el apoyo de organizaciones aliadas como SHINAI, el Programa de Defensa de Derechos Indígena o el Observatorio Petrolero Amazonía Norte – PUINAMUDT conformado por esta y otras federaciones indígenas.
Conversamos con David Chino Dahua y Juan José Butuna, coordinador de este programa en la federación, para conocer un poco más de esta importante labor que ha recibido el reconocimiento de la Dirección General de Salud Ambiental–DIGESA del Ministerio de Salud en Alto Amazonas.
Monitores fediquep

Equipo de monitores ambientales de FEDIQUEP


Juan José ¿Cuál es el trabajo del monitor en el campo?
Nosotros sacamos fotos, video, tomamos puntos GPS de la zona, y a través de eso presentamos un informe a la federación para que denuncie los impactos que ha causado la empresa. También hacemos un trabajo de muestreo de recursos hídricos, para sacar evidencias de los metales que están para medir la contaminación. Nosotros estamos sacando las muestras de metales pesados, aceites y grasas, mercurio.
¿Cuántos monitores son y cómo fue su preparación?
Anteriormente fuimos 12 monitores, ahorita estamos 7 monitores. La preparación ha venido por la gestión de la federación, que buscaron unos aliados para que nos capaciten a nosotros en los temas de derecho, de los impactos petroleros, manejo de equipos con los que podemos hacer monitoreo.
¿Cuánto demora una acción de monitoreo y cuántas se hacen?
Promedio será una semana o dos. Nosotros tenemos un cronograma de todas las actividades que hacemos. Al mes, para entrar [al campo], son dos veces. Al año casi treinta ingresos. A veces salimos un mes o quince días [por salida].
Apu David ¿Un monitor ambiental se dedica sólo a esta labor?
No se dedican solamente a la contaminación de las empresas petroleras, sino también se dedican a otro tipo de conflictos. Por ejemplo los conflictos territoriales. Ellos van a concientizar a la población para que no hagan eso. A veces botan basura a las cochas, los ríos; también están ahí asesorando a las comunidades, a los comuneros.
Luego de casi 6 años de programa ¿Cómo ve el trabajo de la vigilancia ambiental?
Desde el punto de vista de los pobladores, para las comunidades, este es el mejor mecanismo que ha tomado la organización, le respaldan los pueblos porque a través de ellos están sabiendo qué grado de contaminación tienen los ríos, los bosques, la tierra misma. Entonces, ya no hay desconfianza. Lo que faltaría es implementar más equipos y capacitar más para que puedan tener un reconocimiento del Estado.
Foto video shanshococha inga

Monitor ambiental explica hallazgo de contaminación a las cámaras.


¿Qué tipo de capacitaciones les ha dado la federación y qué tipo de capacitaciones deberían tener?
Por ejemplo ellos saben medir la conductividad del agua, cuántos grados tiene, qué metales pesados hay; eso saben ellos. También saben tomar puntos de georeferenciación y dónde es el lugar de los hechos. Lo que falta es profundizar esos temas. Tampoco tenemos materiales para medir mejor la conductividad del agua, el alcalímetro por ejemplo, entre otros. En eso queremos que se capaciten más, porque los vigilantes son voluntarios.
¿Y cómo ve el Estado está labor?
El Estado está conociendo la labor que están haciendo ellos. En una reunión que hemos tenido este 10 de abril [con la PCM, el MINAM, el MINEM, entre otros] hemos escuchado que felicitan esta labor de los monitores comunitarios, vigilando sus propios territorios porque ellos son los conocedores directos; entonces, a través de ellos, podrán saber qué tipo de contaminación hay, qué tipo de derrame hay. Lo que quisiéramos es que haya este reconocimiento oficial.
¿Qué quieren alcanzar con ese reconocimiento oficial?
Por ejemplo, darles credenciales, porque muchas veces la empresa les niega la versión. Por eso queremos que les reconozca el Estado, para que dé mayor credibilidad.
No es poco lo hecho por el programa de vigilancia ambiental territorial de la FEDIQUEP. Hasta el momento, gracias a este programa, la federación ha podido denunciar alrededor de 15 casos de daño ambiental debidamente registrados, ante las entidades responsables de fiscalizar la gestión ambiental y energética de las petroleras en nuestro país.
Juan José Butuna, con la seguridad del que sabe que realiza un trabajo importante y la indignación propia del ofendido, señala “la preocupación de todos los pueblos quechua ha sido durante 40 años la empresa petrolera. No se ha visto ningún tipo de estudio de parte del Estado. Con el esfuerzo de la federación, como de los monitores, ha salido lo que se ve en las noticias, qué está haciendo la empresa petrolera dentro del lote 1AB”.
Los monitores ambientales son la primera instancia de acción; luego la información es procesada por la federación y remitida a las entidades públicas correspondientes. Sin embargo, la importancia de los monitores, el nivel de su responsabilidad y el compromiso demostrado por medio de su trabajo voluntario, han originado que la organización indígena los considere parte de su directiva. “Son brazos derechos de la organización”, dice David Chino Dahua.
Finalmente, el Apu de la Fediquep realiza una invocación “lo que nosotros quisiéramos es que las demás comunidades donde que están trabajando las empresas trasnacionales que ellas también tenga este tipo de monitoreo para mayor seguridad, porque ya no se puede confiar del Estado ni de las empresas”. Aquel llamado, transparente y sincero, fue realizado desde dentro, desde la experiencia del que ha vivido mucho.